Tanto en pueblos o ciudades, es importante tener una buena sintonía con nuestros vecinos. Causar los mínimos trastornos a nuestros vecinos en nuestra mudanza, nos hará ganar puntos para tener una buena acogida en la nueva comunidad. Si el edificio dispone de montacargas, se deberán realizar todos los trabajos de carga y descarga a través de este, dejando libre el ascensor para las personas. Si no disponemos de montacargas, se deberá compartir el uso del ascensor, con los demás vecinos. Dejaremos paso a los mismos, para acceder a sus viviendas, procurando no entorpecer el ascensor.
Si existen zonas comunes delicadas, como espejos y mármoles en paredes y suelos, se colocarán cartones para evitar roces o roturas. Cualquier mueble o herramienta depositada en una zona común o vía pública, para las labores de manipulación de la mudanza, será colocado evitando puertas, y pasos de personas.