Qué es la Estanflación?

Con la crisis económica, se emplean términos desconocidos por la opinión pública. A los ya oídos, como inflación, tasa interbancaria, deuda pública etc., se suma un término que muchos desconocían: la estanflación. Según los expertos, es una de las peores combinaciones posibles: la economía no crece, está estancada, pero los precios suben cada vez más. En este escenario es donde se encuentra nuestro país. Los datos los confirman: en el tercer trimestre de 2010 hubo un crecimiento cero, pero los precios han cerrado el año con un incremento del 3%, una cifra que no se producía en los últimos años.

El fenómeno se complica en España por lo rápido que se ha producido esta tendencia. De hecho, las previsiones económicas para nuestro país desde el Fondo Monetario Internacional no contaron con que se pudiera dar. Pero ¿Por qué han fallado los pronósticos? Por la subida del precio de las materias primas. Aunque haya pillado por sorpresa a casi todos, este tipo de producto tiene  una tendencia natural a subir, y es una realidad a la que los mercados se tienen que acostumbrar.

Hay que recordar que el barril de crudo Brent roza ya los 120 dólares, algo que preocupa especialmente en Europa, donde varios países corren riesgos financieros importantes. Tal es así que el Banco Central Europeo ha alertado del peligro de superar esta barrera de precios en la principal fuente de energía para la recuperación de la eurozona.

Pero ¿quién se verá perjudicado por esta nueva situación? Los consumidores que, aunque sufrirán los efectos del alza de los precios, no serán los más perjudicados. Precisamente por el estancamiento en la que está inmersa la economía y con una atonía en la demanda, resulta complicado para las empresas con un alto grado de dependencia del petróleo (las de mudanzas son un buen ejemplo)  trasladar los precios  a los clientes. El efecto de esta situación será con toda probabilidad, que nuestra economía entre en un círculo vicioso: las empresas serán menos competitivas porque se devaluará su capacidad de compra frente a las de otros países, especialmente los emergentes. Salir de esta situación sólo tiene una solución ser eficiente y gastar menos. En cuanto al Gobierno, tiene bastante menos margen de maniobra.

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